Los 3 fallos más típicos que cometen los autopromotores en la construcción de casas en España
Si quieres construir una casa para ti y para tu familia, debes tener muy claro que hay una infinidad de detalles a considerar, y es fácil cometer fallos que pueden salir muy caros. Hoy quiero hablarte de tres fallos más típicos que cometen los autopromotores y que veo una y otra vez. Y también te cuento cómo puedes evitarlos.
1. Elegir al constructor sin realizar una comparación adecuada
Uno de los fallos más comunes que cometen los autopromotores es “enamorarse” del constructor. Puede sonar exagerado, pero es algo que ocurre con mucha frecuencia. Imagina esto: te encuentras en la fase inicial de tu proyecto, y has oído hablar maravillas de un constructor. Quizás sea alguien que te recomendó un amigo o, peor aún, alguien de tu propia familia. Todo parece perfecto, ¿verdad?
Pues no lo es. De hecho, cuando un cliente me dice que ya ha decidido que quiere que su casa la construya tal o cual persona, se me ponen los pelos de punta. El constructor es la persona que va a manejar la mayor parte de tu presupuesto, y darle un voto de confianza ciega puede ser un fallo garrafal.
He visto muchas obras salir mal porque el promotor y el constructor eran amigos o incluso familiares. Este tipo de relación crea una falsa sensación de seguridad que puede llevar a que el constructor haga lo que le venga en gana, sin seguir las indicaciones técnicas adecuadas. Y lo peor de todo es que, cuando la dirección de obra intenta poner orden, ya es demasiado tarde.
Recuerdo un caso particular en el que la cliente decidió contratar a la empresa constructora de sus hermanos. El resultado fue un desastre. Las tensiones y conflictos se apoderaron del proyecto, y lo que debía ser una obra fluida se convirtió en una pesadilla de desacuerdos y malas decisiones.
Conclusión: Mantén una relación profesional con el constructor y deja que la dirección de obra ejerza su control sin interferencias. Si te dejas llevar por la confianza extrema, el proyecto puede salirse de control antes de que te des cuenta.
2. No establecer un contrato formal con la constructora
Otro de los fallos más comunes es no formalizar un contrato con la constructora. Es sorprendente, pero algunas constructoras intentan convencerte de que un contrato no es necesario, que basta con la confianza. Como si una obra, con todos sus desafíos y riesgos, pudiera gestionarse sin un documento que establezca claramente las obligaciones de ambas partes.
No tener un contrato detallado y bien estructurado puede llevar a situaciones desastrosas. Un contrato es esencial para proteger tus intereses y asegurar que la obra se realice de acuerdo con lo pactado. Sin él, corres el riesgo de enfrentarte a sobrecostes inesperados, retrasos injustificados, y problemas de calidad en la construcción.
Un caso que conocí involucró a un promotor que, confiando ciegamente en el constructor, decidió seguir adelante sin contrato. El resultado fue un sobrecoste de casi 60.000 euros que el promotor tuvo que asumir por falta de un acuerdo escrito que estableciera claramente las condiciones de la obra.
Conclusión: Siempre exige un contrato con la constructora. Este debe incluir un cronograma de trabajos, penalizaciones por retrasos, especificaciones técnicas, y cualquier otro detalle relevante para que el proyecto se ejecute sin sorpresas desagradables.
3. Realizar cambios en la obra sin consultar al Arquitecto o al Aparejador
El último de los fallos que te traigo hoy, es hacer cambios en la obra sin consultar con la dirección técnica. Esto suele estar relacionado con el primer fallo de “enamorarte” del constructor. Puede que, durante la obra, el constructor te sugiera cambios o modificaciones que, en su opinión, te ahorrarán dinero o mejorarán el proyecto.
Estas sugerencias pueden sonar tentadoras, pero nunca debes aceptar un cambio en la obra sin la aprobación de la dirección técnica. El arquitecto y el aparejador están ahí para asegurar que la obra se realice de acuerdo con el proyecto aprobado y que cumpla con todas las normativas y estándares de calidad. Si decides hacer cambios sin su supervisión, estás asumiendo un gran riesgo.
He visto casos en los que el constructor ha realizado cambios importantes sin consultar con la dirección, y cuando ésta finalmente se da cuenta, ya es demasiado tarde. Los cambios no cumplen con las normativas o son técnicamente inviables, y la única solución es demoler y rehacer, lo que genera costes adicionales y retrasa la obra.
Conclusión: Cualquier cambio en la obra debe ser aprobado y firmado por la dirección técnica. Esto no solo te protege a ti como promotor, sino que también asegura que el proyecto se ejecute correctamente y sin problemas legales o técnicos.
¿Cómo evitar los fallos más comunes al construir tu casa en España?
La buena noticia es que todos estos fallos son evitables si tomas las precauciones adecuadas desde el principio. Aquí te dejo algunos consejos para que tu obra no se convierta en una fuente de estrés interminable:
- Selecciona al constructor con cuidado: No te precipites a la hora de elegir, y asegúrate de que su trabajo sea supervisado constantemente.
- Exige un contrato detallado: No inicies la obra sin un contrato que proteja tus intereses y que establezca claramente las responsabilidades de cada parte.
- Consulta siempre a la dirección técnica antes de hacer cambios: El arquitecto y el aparejador están ahí para ayudarte y asegurar que todo se haga de acuerdo al plan. Confía en su juicio.
Conclusión: Construir una casa es un proyecto emocionante, pero también puede ser complicado y lleno de desafíos. Si evitas estos fallos comunes y te rodeas de un buen equipo de profesionales, tendrás muchas más probabilidades de que tu proyecto se complete a tiempo, dentro del presupuesto, y con los resultados que esperas.