Engaños Comunes de los Constructores en España
En abril, se reunieron y se enamoraron. Se ponían ojitos y, al revisar su árbol genealógico hasta la época de Isabel la Católica, descubrieron que eran primos. ¡Primísimos!
Organización de las Obras:
- Promotor: Quiero que empieces las obras en septiembre. Faltan 5 meses. Organízate.
- Constructor: Claro que sí, sin problema.
- Promotor: Te voy a dar 10 mil euros por adelantado para que compres el acero.
- Constructor: No hace falta que me des nada. Ese es el precio de la estructura y te lo mantengo.
Al escuchar esta conversación, yo, como arquitecto, tuve que intervenir.
Les dije que en las condiciones en que se encontraba el mercado en ese entonces, faltaban 5 meses para comenzar las obras y que los precios podían variar.
- Constructor: No hay problema, yo mantengo el precio.
- Promotor: Trato hecho..
Quizás te preguntes qué hago yo en esta reunión entre el promotor y el constructor. Bueno, yo hago muchas cosas que no hacen otros arquitectos. ¿La principal? Preocuparme por mis clientes.
Septiembre: ¡Manos a la Obra!
El precio del acero había subido un 40 % desde abril. Informé al promotor, quien entendió la situación, pero insistió en que no era su problema, ya que el constructor le garantizó el precio. El promotor, como ya he dicho, ofreció adelantar dinero para la compra del acero, pero el constructor lo rechazó.
Comprendo la postura del promotor. No considero que esté aprovechándose del constructor. Si uno no está preparado para gestionar su empresa, debe asumir las consecuencias de sus errores. El constructor rechazó el adelanto para adquirir el material, por lo que no puede exigir al promotor absorber los costos adicionales. Los contratos son así.
Primer día de obra.
Durante el replanteo, el constructor mencionó el aumento del precio del acero, afirmando que había duplicado su costo. El promotor respondió que el incremento rondaba el 40 % y que no era su problema, ya que el precio acordado debía mantenerse.
Primera Certificación de Obra.
El constructor intentó incluir un costo adicional de 200 euros por un «operario regando para el polvo», a pesar de que las descripciones del movimiento de tierras especificaban que los medios auxiliares estaban incluidos.
Jamás había visto a alguien intentar cobrar este concepto por separado. El constructor intentaba recuperar el dinero perdido por el incremento del acero de cualquier forma posible.
Y hubo muchos otros intentos de cobrar cosas que ya estaban incluidas. Desde luego que, tener que controlar una obra donde ya sospechas que el constructor va a intentar engañar al promotor al más mínimo paso, no es la dirección de ejecución de obra soñada.
Supervisión y Control.
La desconfianza se instauró en el proyecto, obligándonos a supervisar la obra minuciosamente. El constructor intentó cobrar varios conceptos extra al promotor: costos por movimientos de tierra adicionales debido a su mala organización, acabados de muros de hormigón diferentes a los acordados, y discrepancias en las medidas entre el proyecto y la obra.
Esta no es una situación agradable en ninguna obra, pues hace que aparezcan muchas tiranteces entre todas las partes.
Aspectos positivos.
Pero no todo fue negativo. La estructura fue ejecutada de manera excelente gracias a que los trabajadores de la empresa eran un personal altamente cualificado en el desempeño de sus tareas y realizaron un buen trabajo a pesar de la presión de su jefe.
Moraleja.
En la construcción de una vivienda, la confianza y la comunicación clara entre las partes es fundamental. Siempre es crucial documentar y prever posibles variaciones en costos para evitar malentendidos y proteger los intereses de todas las partes involucradas.
No te fíes de ningún constructor más de lo necesario. Todos te lo pintarán todo de color de rosa al principio, pero las cosas pueden cambiar muy rápidamente.