Arquitecto barato en España: ¿Ahorro o problemas asegurados?
Si estás en pleno proceso de construcción de tu casa en España, seguramente habrás oído hablar de todo tipo de profesionales: arquitectos, aparejadores, constructores…
Pero, ¿has oído hablar de los firmones? Este término, aunque poco conocido, describe a un tipo de técnico que, aunque puede parecer una ganga al principio, puede convertirse en una auténtica pesadilla a largo plazo.
Vamos a profundizar en lo que significa ser un firmón, y por qué deberías pensártelo dos veces antes de contratar uno.
¿Qué es un ‘Firmón’ en el mundo de la Arquitectura?
Los firmones son esos técnicos que ofrecen sus servicios por un precio significativamente inferior al de sus competidores. Arquitectos y Aparejadores. A primera vista, puede parecer una oportunidad de oro: te ofrecen el papeleo necesario para tu proyecto de construcción a un coste mucho más bajo. Sin embargo, como en todo, lo barato suele salir caro.
Estos arquitectos se limitan a hacer lo mínimo indispensable para que tu proyecto pase los trámites administrativos, pero no esperes que se involucren en el seguimiento de la obra ni en garantizar que todo se haga correctamente.
Un firmón te entregará los documentos necesarios para obtener tu licencia de obra y tu certificado final de obra (CFO), pero no cuentes con ellos para nada más. No estarán allí cuando surjan problemas durante la construcción, ni te asesorarán en las decisiones cruciales. En resumen, estás pagando por un servicio superficial que, en la práctica, puede dejarte en una situación complicada cuando realmente necesites la ayuda de un profesional.
Riesgos de contratar un firmón en la construcción de tu casa
Contratar a un firmón es como conducir un coche de esos que no hace falta carnet. Puede que te lleve del punto A al B, pero si tienes algún accidente en el camino, ¿de verdad te fiarías de ese coche? Yo prefiero ir lo más seguro posible.
Este tipo de profesionales se limitan a cumplir con los requisitos mínimos, sin preocuparse por la calidad del trabajo ni por las posibles complicaciones que puedan surgir en el futuro. Y lo peor de todo es que, en muchos casos, no te das cuenta de lo que has contratado hasta que ya es demasiado tarde.
Imagina que inicias tu proyecto confiando en que todo va sobre ruedas, solo para descubrir que los planos o las especificaciones que te proporcionaron no se ajustan a la realidad de tu obra. Cuando intentes contactar con tu arquitecto para solucionar el problema, te darás cuenta de que casi nunca está disponible, no responde a tus llamadas o simplemente te dice que ese no es su problema. En ese momento, ya estarás metido hasta el cuello en problemas, sin la posibilidad de dar marcha atrás.
Experiencia personal: la tentación de ser un firmón y sus consecuencias
Permíteme contarte una experiencia personal. Al principio de mi carrera como arquitecto, cuando estaba comenzando, iba a ser mi segundo proyecto si el cliente me contrataba, me encontré con una situación que me hizo reflexionar mucho sobre este tipo de profesionales.
Una mujer me llamó para que me reuniera con ella en su solar. Estaba entusiasmado, eran mis comienzos y estaba ansioso por mostrar lo que podía hacer. Pero al llegar, la conversación dio un giro inesperado.
La mujer me explicó que su marido era albañil y que él sabía perfectamente cómo construir la casa, desde la estructura hasta los acabados. Muy claramente me dijo que iban a construir como a ellos les diera la gana y que ya tenían diseñada la casa. Que lo único que necesitaban de mí era que hiciera el papeleo necesario para que pudieran comenzar a construir. Básicamente, me estaban pidiendo que fuera un firmón.
Rechacé la oferta de inmediato, explicándole que ese no era el tipo de trabajo que yo hacía.
No estaba dispuesto a comprometer la calidad de mi trabajo ni mi integridad profesional como arquitecto solo para ganar un cliente. Esto no se lo dije pero aún así, el resultado fue que la mujer se molestó mucho y empezó a hablar mal de mí por todo el pueblo.
Sin embargo, no me arrepiento de mi decisión. Prefiero no tener trabajo a trabajar en condiciones que no me permitan hacer un buen trabajo. Los firmones existen porque hay demanda para ellos, pero eso no significa que sean la mejor opción.
Beneficios de elegir un arquitecto comprometido en lugar de un firmón
Es tentador contratar a un arquitecto que te cobra mucho menos que los demás. Después de todo, construir una casa es un proceso costoso, y cualquier ahorro es bienvenido. Pero antes de tomar esa decisión, considera lo que realmente estás pagando. Un firmón te cobrará menos, pero también te ofrecerá mucho menos. No recibirás el mismo nivel de compromiso, atención al detalle ni garantía de calidad que obtendrías de un técnico que valora su trabajo y cobra un precio justo por él.
Además, si algo sale mal durante la construcción, es probable que te encuentres solo, sin el apoyo de un profesional que pueda ayudarte a resolver el problema. Y en el mundo de la construcción, los problemas no resueltos suelen convertirse en costosos gastos que afecten no solo el presupuesto de tu proyecto, sino también la calidad de tu futuro hogar.

Claves para identificar y evitar a un firmón en tu proyecto de construcción
A veces, los firmones se presentan como la opción perfecta: rápidos, baratos y dispuestos a hacer lo que sea necesario para obtener la licencia de obra. Pero hay señales que pueden ayudarte a identificar si estás tratando con uno de estos profesionales:
- Precios excesivamente bajos: Si un arquitecto o un aparejador te ofrecen un precio que es significativamente más bajo que el de otros profesionales, es posible que estés ante un firmón.
- Falta de interés en el proyecto: Los firmones suelen mostrar poco interés en los detalles del proyecto o en hacer preguntas sobre tus necesidades específicas.
- Poca o nula supervisión en obra: Una vez que obtengas los permisos necesarios, el firmón desaparecerá, dejando que te enfrentes solo a cualquier problema que surja.
Conclusión: El valor de un buen Arquitecto y un buen Aparejador
Construir una casa es un proceso que requiere no solo de buenos materiales y un diseño atractivo, sino también de un equipo de profesionales que te acompañen en cada paso del camino.
Evita a los firmones y busca técnicos que ofrezcan un servicio completo y de calidad. Puede que pagues un poco más al principio, pero a largo plazo, te ahorrarás muchos dolores de cabeza y problemas. Y eso se traduce en ahorrar dinero.
Al final del día, tu hogar es una inversión importante, y vale la pena rodearte de personas que compartan tu compromiso con la calidad y el éxito del proyecto.
Busca un buen arquitecto y un buen aparejador.