Cuando el arquitecto ignora tu presupuesto. Gastos innecesarios
En el fascinante universo de LinkedIn, un lugar donde el «arquitectiano» puro y duro es el idioma oficial, me encontré hace unos días con un post que me dejó pensando. Uno de esos profesionales que adoran los eslóganes grandilocuentes comentaba cómo invierte una cantidad considerable de tiempo en la búsqueda de ciertos elementos para sus proyectos de arquitectura.
Este colega mencionaba que dedica mucho tiempo a encontrar el WC perfecto, el tirador de puerta más chulo o un toallero que sea verdaderamente «TOP». Incluso confesó que ha llegado a pasar un fin de semana entero en esta búsqueda. Y aquí está la clave: lo hace para encontrar lo que él quiere, sin importar si está dentro del presupuesto del cliente o no. Para él, es pensar a largo plazo, porque una vez que encuentra ese elemento perfecto, ya es un trabajo hecho para futuros proyectos. Es como si, al encontrar ese objeto ideal, ya estuviera ganando tiempo para el futuro, lo cual parece tener mucho sentido desde su perspectiva.
La diferencia entre prestaciones y calidades en un proyecto de construcción
Pero aquí es donde las cosas se ponen interesantes, o más bien, preocupantes. Este arquitecto deja caer, casi como un mandamiento, que es imprescindible cumplir con las calidades que él establece en el proyecto. O sea, que si se entretiene un fin de semana buscando un inodoro de 2.000 o 3.000 euros, o un toallero de 1.800 euros, esos elementos terminarán en tu proyecto sí o sí. Y claro, si luego no te alcanza el presupuesto para ejecutar la obra con esos lujos, el problema es tuyo. No te va a dar el certificado final de obra.
Esto me recuerda a un caso anterior que comenté en mi newsletter sobre un arquitecto que insistía en poner puertas correderas carísimas en todos sus proyectos, sin importar si el cliente podía o no permitírselas.
Lo importante el Código Técnico de la Edificación (CTE)
Ahora, quiero detenerme un momento para reflexionar sobre este enfoque. Para mí, y seguramente para muchos otros profesionales de la arquitectura, lo más importante en un proyecto es que cumpla con las prestaciones necesarias, no con las «calidades» caprichosas que uno decida imponer. Esto es especialmente relevante cuando estamos hablando de cumplir con el Código Técnico de la Edificación (CTE), que es la normativa básica en España para garantizar la seguridad y habitabilidad de cualquier edificación.
Cómo evitar sobrecostes en la construcción de una casa
La diferencia entre prestaciones y calidades es sutil pero importante. Dos grifos, por ejemplo, pueden ofrecer un rendimiento excelente, pero uno podría costar mil euros más que el otro simplemente por su diseño o marca. En estos casos, la pregunta clave es: ¿vale la pena ese gasto extra si ambos cumplen con las mismas prestaciones? Desde mi perspectiva, la respuesta es no.
El problema con esta mentalidad es que puede llevar a sobrecostes completamente innecesarios. En el ejemplo del WC de 2.000 euros o el toallero de 1.800 euros, estos elementos podrían inflar el coste total del proyecto en decenas de miles de euros. Es fácil ver cómo un proyecto puede terminar con 30.000 euros de sobrecostes simplemente por seguir estas “calidades” que no aportan un valor real en términos de prestaciones.
A vueltas con los materiales para la construcción de tu casa
Y aquí es donde surge la gran pregunta: ¿cómo es posible que algunos profesionales estén tan desconectados de la realidad? Cuando el objetivo debería ser ofrecer soluciones que equilibren la calidad y el coste, estos colegas parecen obsesionados con imponer sus gustos personales, sin considerar el impacto financiero que eso tiene en el cliente. Por situaciones como esta, me cuesta respetar a algunos de mis colegas de profesión.
Cumplir con el CTE y mantener el presupuesto
Al final del día, el proyecto debe cumplir con las normativas vigentes y las necesidades del cliente, sin que los caprichos personales del arquitecto se conviertan en una carga económica innecesaria. No se trata de imponer una visión estética o de lujo si eso significa comprometer la viabilidad financiera de la obra.
La importancia de la funcionalidad sobre el lujo en la construcción
En conclusión, el verdadero reto en la arquitectura no es encontrar el WC o el toallero más caro, sino crear espacios que sean funcionales, seguros y que se adapten al presupuesto del cliente. Cumplir con el Código Técnico de la Edificación y con las prestaciones necesarias debería ser la prioridad número uno. Las calidades, por otro lado, son un tema de elección personal y deben ser consideradas como tales, no como una obligación impuesta por el arquitecto.
Así que, la próxima vez que alguien insista en que un toallero de 1.800 euros es imprescindible para tu baño, pregúntate si realmente vale la pena. Lo más probable es que encuentres una opción igual de funcional y mucho más asequible. Y eso, a la larga, es lo que realmente importa en cualquier proyecto de construcción.